Terapia floral
En un futuro, espero no muy lejano, los terapéutas no nos interesaremos tanto por las consecuencias físicas de una enfermedad, como por la verdadera causa que origina ésta. No se suministrarán medicamentos ni productos químicos sintéticos con el fin de paliar síntomas.
Estos síntomas físicos se considerarán secundarios frente al origen que los causa, de tal manera, que nos centraremos en comprender qué es lo que ha desarmonizado el cuerpo, la mente y el alma del paciente, pues ahí encontraremos el alivio y la cura de la enfermedad.
Edward Bach dejó dicho: “En la farmacia de la Naturaleza se encuentran las hermosas plantas y hierbas enriquecidas por gracia divina con PODERES CURATIVOS para la mente y el cuerpo de los seres humanos.”
La Terapia floral ayuda al cuerpo, mente y alma a través de diferentes formatos como pueden ser gotas, cremas, difusores, aceites, atomizadores, y mucho más. Cuando se habla de terapia floral, se relaciona con las flores del dr. Bach, pero esto debería ir mucho más allá; la terapia con flores podría extenderse al bienestar provocado por el simple hecho de pasear por un jardín en primavera, entonces abarcamos otros tipos de terapias.
Es en este sentido, cuando cobra sentido las terapias combinadas; Aromaterapia y flores de Bach pueden ir de la mano para abordar cuestiones físicas y espirituales:
· Las flores propuestas por el dr. Bach contienen la parte más espiritual de la planta, que en términos de Medicina Tradicional China sería YANG.
· Los aceites esenciales son la máxima concentración de la planta, sería en este caso YIN, pues son puros y están potencialmente activos bioquímicamente.
Juntos, aceites esenciales y flores de Bach constituyen un Tao equilibrado. Pero, no debemos ver esto como una absoluta verdad, pues en todo Yang hay Yin, y en todo Yin hay Yang. Hay esencias florales de Bach que son más Yin y aceites esenciales que son más Yang, y viceversa. Ser conocedor de estas energías y sabiendo combinarlas podremos tener un tratamiento más acertado.
Las emociones son energía, y cuando experimentamos una determinada emoción, nuestro organismo vibra en consonancia con ella generando una sintomatología. Tanto los aceites esenciales como las flores de Bach emiten una frecuencia vibracional específica que estimula los procesos curativos naturales del cuerpo.
Venimos a esta existencia a aprender una lección y, pasar por ciertas experiencias en ocasiones son dolorosas. Si ante una situación ardua experimentamos una emoción negativa y la eliminamos con un medicamento sintético para paliar sus síntomas, no resolveremos ni aprenderemos sobre aquello que nos está sucediendo.
La terapia floral nos acompaña en el camino, como un padre protector o una madre misericordiosa, que nos explica qué nos está ocurriendo para que lo veamos de frente y aprendamos de una manera dulce, floral.